La comunicación forma parte indispensable de nuestra vida social y laboral. Pero si existe una profesión en la que saber transmitir tus ideas resulta verdaderamente clave, esa es sin duda la abogacía. Aquí la comunicación de los abogados es esencial.
Es a través de la palabra como los abogados desarrollan sus labores esenciales de consejo jurídico, defensa e intermediación. De ahí la importancia de saber comunicar correctamente.
Porque tu éxito profesional es inherente, ya no solo a los amplios conocimientos que poseas sobre la materia, sino también a cómo seas capaz de expresarlos y conectar con los demás.
La importancia de la comunicación en los abogados profesionales
Desde un punto de vista amplio, un abogado debe ser capaz de liderar y persuadir, pero también de trabajar en equipo y saber escuchar y callar.
Todas ellas son cualidades básicas que poseen los buenos oradores. Pero si por algo se caracteriza el acto comunicativo en un entorno jurídico, es por el uso de técnicas argumentativas que te permitan convencer.
Es evidente que tus argumentos, demostraciones y explicaciones deben estar fundamentadas en un amplio conocimiento y en el uso impecable del lenguaje profesional. Pero con eso no basta. Solo si sabes comunicarte de forma asertiva y empática, aplicando la escucha activa para comprender las necesidades del otro, podrás conseguir el fin que te has propuesto en un principio.
Como abogado, vas a necesitar inducir, ratificar, refutar o modificar constantemente las ideas de tus receptores, apelando a sus sentimientos y emociones. El objetivo es obtener la adhesión de tu auditorio a las opiniones y tesis que sostengas. Y para lograrlo, necesitarás saber cómo organizar y estructurar tu discurso, para lo cual existen una serie de técnicas comunicativas.
¿Cómo mejorar la comunicación para los abogados?
Como ya te hemos comentado, para comunicarte con efectividad en el mundo de la abogacía vas a necesitar mucho más que tus conocimientos en el ámbito jurídico. Es fundamental que sepas comprender las necesidades de tu interlocutor, y ofrecerle un mensaje preciso, claro y oportuno.
Y para lograrlo, existen una serie de premisas que debes tener muy presentes.
Conoce el lenguaje no verbal
Decimos más sin las palabras que con ellas. De hecho, se estima que más del 50 % de lo que comunicamos es no verbal, mientras que el lenguaje puramente hablado apenas representa el 7 %.
Impactante, ¿verdad? Por eso es tan importante que estés habituado y seas consciente de todo lo que comunicas sin las palabras. Pues así no solo aprenderás a inspirar y a hacerte comprender mejor, sino que también podrás extraer mucha más información acerca de tu interlocutor.
Debes prestar atención no solamente a lo que dice tu cliente, sino también a cómo te lo dice. Su tono de voz o su lenguaje corporal te dicen más sobre él que sus propias palabras.
Practica la escucha activa
Escuchar de verdad es fundamental, y mucho más complicado de lo que aparenta ser. Debes ser capaz de detener tu diálogo interno y centrarte en lo que te está diciendo tu cliente, a fin de poder obtener la máxima información.
El objetivo es que llegues a conectar con tu interlocutor, y para ello has de propiciar un ambiente de cercanía y confianza, en el que este pueda sentirse cómodo y seguro.
Para practicar la escucha activa, precisarás trabajar mucho la empatía. Además, puedes reforzarla mediante cumplidos y parafraseando lo que tu interlocutor te comenta. En cualquier caso, también deberás ser capaz de mantener el control de la conversación. Busca la claridad si tu cliente se dispersa mediante una serie de preguntas más afinadas y específicas.
Construye relaciones honestas
Hoy más que nunca, la labor de despacho del abogado debe complementarse con el mantenimiento de una relación más cercana con los clientes actuales y potenciales, además de con los propios compañeros de profesión.
¿Por qué es tan importante? Porque así generarás una mayor confianza y prestigio. Debes mostrarte honesto, sin generar falsas expectativas, demostrando siempre tu conocimiento y cómo puedes hacer para ayudar. Todo ello construye una imagen sobre ti, y será tu mejor carta de presentación sobre los servicios que puedes ofrecer a los demás.
Conoce y comprende cuál es tu papel
Tu labor como abogado genera una serie de expectativas. Por un lado, en el bufete para el que trabajas. Y, por el otro, en tus clientes.
Lo primero que debes hacer es conocer tu rol para poder situarte en tu despacho. Por eso, establecer un permanente diálogo con tus socios o superiores es clave. De esta manera, podrás orientar mejor tu carrera profesional y cumplir más eficazmente con los objetivos marcados.
De la parte del cliente, debes ser consciente de que actualmente se espera de ti un acompañamiento que no es solo legal, sino también emocional. Hoy, un abogado debe ser empático y cercano. En ese sentido, la profesionalidad y el éxito no pueden contemplarse de forma separada a la inteligencia emocional que necesitarás para realizar tus cometidos.
Permanece atento y presente
Muy al hilo de lo que te comentábamos en el punto anterior, para ejercer la abogacía deberás conectar con las emociones de tu cliente. Y para conseguirlo, resultará imperativo que estés siempre presente y mantengas una atención plena ante sus manifestaciones.
Por otro lado, todo ello fortalecerá la efectividad de vuestro diálogo, evitando las distracciones que perjudican, no solo a la relación de confianza abogado-cliente, sino también al éxito de la propia contienda.
En ese sentido, la base será buscar la privacidad y la confidencialidad. Una vez logrado esto, no atiendas llamadas mientras estéis reunidos, ni abandones la sala si no es estrictamente necesario. Tampoco dudes en preguntar si no estás seguro de haber comprendido el mensaje de tu interlocutor.
Y hasta aquí algunas de las pinceladas más interesantes a la hora de mejorar tu comunicación en un sector en el que, como has podido comprobar, esta representa un porcentaje alto de tu futuro éxito. Accede al máster de abogacía y encontrarás todas las técnicas necesarias para reforzar tus habilidades como abogado, con una metodología 100 % online para que puedas organizar tus estudios con la máxima flexibilidad.
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